Confesiones de una feminista by N. I. Rojas

autor:N. I. Rojas
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Humor
publicado: 2016-07-12T22:00:00+00:00

Hablemos claro. Manipulación tiene que ser una palabra en spanglish. Por eso muchos hombres ni la entienden ni la buscan en el diccionario pues no aparece en Fuck-it-pedia.

Permíteme ilustrarte. Man-i-pull-acción. La acción de un hombre jalarte, o más sencillo, la acción de dejarte arrastrar por un hombre.

Podrás notar en el transcurso de una larga vida conociendo hombres manipuladores, que son los que parecen no romper ni un plato. A tu lado parecen inocentes ovejitas mientras tú eres salvaje como león.

A este amiguito le conocemos como manipulador pasivo.

El manipulador pasivo dirá cosas que te ofenderán, incluso lo hará frente a otras personas, o comentará con tu familia lo mucho que duda de ti. En el fondo, este hombre es todo un calculador. Sabe de antemano las reacciones que causará porque ha estudiado la forma en la que las personas te ven y el grado de credibilidad que te dan vs. la de él. Ojo: no quiere decir que no tengas credibilidad. Quiere decir que las personas le creen a él porque su actitud es tan apendejada que pareciera que a diario lo maltratas y golpeas antes de salir de la casa si no tira los calzoncillos en el hamper y lava su plato después de comer.

Es tan atrevido que después de poner a todo el mundo en tu contra- aun sin tu haber hecho nada- tiene los cojones de decirte que malinterpretas todo lo que él dice y que el significado de sus palabras jamás eran con motivo de ofenderte.

Irá más allá y te bombardeará todos sus ataques juntos, haciéndote sentir miserable de haber herido a un hombre con semejante capacidad emocional y el don sobrenatural de ser capaz de amar a alguien como tú. Eres terrible, mujer. ¿Cómo haces sufrir a ese superhéroe de capa desechable?

Y tú te preguntas que rayos tiene de malo ser tú. Qué tuviste de malo. Obvio no eres perfecta, pero ese es el instante ideal para un manipulador hacerte ver los muchos defectos que posees y vuelve tu autoestima una mierda cuando te restriega en la cara que “No vas a encontrar a nadie que te ame y te aguante como yo”.

¿Sabes que, amiga mía?

Esa es exactamente la idea. No volver a encontrar a nadie como él, porque tenemos que aprender a no tropezarnos dos veces con la misma piedra ni con alguna bastante similar.

Este pasivo germen trabaja de forma indirecta y sutil, intentando siempre provocar lástima en los demás y que lo vean a él como la víctima y a ti como una dominatrix abusa-hombres, bruja castradora que convierte hombres de verdad en versiones caricaturescas de sapitos.

Es capaz de formar un teatro de depresiones para que las demás personas vean lo mucho que tú le estás haciendo sufrir. Se vale de cualquier chantaje y lo hace consciente e inconscientemente.

Le da terror el cambio porque está demasiado satisfecho en su “comfort zone”, ese lugar que por cierto tú te encargaste de añoñar y fomentar mientras él jugaba con su jueguito de botones, o sea, el entetamiento.

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